Mientras que las demostraciones y fiestas mantiene ricos y divertidos a su hermana y al amante, Zelig, lleva una existencia inexistente. Carente de personalidad y con sus cualidades humanas perdidas en la vorágine de la vida, se siente solo, mirando fijamente al espacio, como si fuera un cero a la izquierda o un fenómeno actuando. Él, que no quería sino acomodarse, pertenecer, ser ignorado por sus enemigos, y ser amado, ni está acomodado ni pertenece. Sus enemigos lo vigilan, y nadie se preocupa por él. Zelig , 1983