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Yo no soy una libreta de cheques, Elsa. Soy un hombre cuya alma necesita ser acariciada por un viento desconocido. Es usted la belleza pura que anhelé modelar tantas veces. La imagen del amor capaz de hacerme renunciar a mi deseo. No voy a exigirle que sea mía, la condición es esta: usted tiene que permitirme contemplar su belleza... contemplarla enteramente. Olga Zubarry en El Ángel Desnudo , 1946

El verano ruso. Elena Anaya y Natasha Yarovenko en Habitación en Roma , 2010

Ha pasado medio día y una noche y ahora otro día y no has dormido. Si no duermes podría nublársete la mente. Descansa ahora, viejo. Déjalo trabajar. Se inclinó hacia adelante afianzándose contra el sedal con todo su cuerpo, echando todo su peso sobre la mano izquierda y se quedó dormido. No soñó con los leones sino con una vasta escuela de marsopas que se extendía por ocho a diez millas. Y era en la época de su apareamiento y brincaban muy alto en el aire y volvían al mismo agujero que habían abierto en el agua al brincar. Luego soñó que estaba en el pueblo, en su cama, y soplaba el norte y hacía mucho frío y su brazo estaba dormido porque su cabeza había descansado sobre él en vez de sobre una almohada. Después empezó a soñar con la larga playa amarilla y vio el primero de los leones y esperó a ver si venían más leones. Y era feliz. Luego soñó con las ballenas que pasan frente a la costa en el otoño y también se están apareando y son amistosas en sus juegos. La luna se había le

Estoy harto de tus atenciones, de tus mimos, de tus buenos consejos, de tus candelabros y tus mantelitos.  Estoy harto de tu miopía. De tus manos torpes, de tu angustia, de tu pudor cuando estamos en la cama. Pretendes distraerme amparándote en tu condición física, tu mala digestión, tus erupciones cutáneas, tus períodos, tus mejillas congeladas. Tengo que huir de una vez por todas de ese cúmulo de burdas coacciones. Me aburre todo lo que tiene que ver contigo.  Los comulgantes , 1963

Padre Nuestro, por favor perdónanos por los pecados que hemos cometido y muéstranos tu misericordia por los pecados que cometermos en el futuro. Sé que comprendes que no somos perfectos, pero lo intentamos, Señor; intentamos mantener la cabeza alta en los malos momentos y éste es un mal momento. Muéstranos el camino y si no puedes mostrárnoslo, perdónanos por extraviarnos.  Tyrese Gibson y Omar Gooding en Baby boy , 2001