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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Mementos del cine (CLVIII)

-Abra las cortinas al entrar ¡así verá la hermosa obra de Dios! Y se dará cuenta que hasta cosas como estas son para bien.  -¿Dónde le enseñaron a hablar así? ¿En Panamá, en algún bar de marinos ebrios? ¿O es el último día en que podrá beber su whisky? Vaya a otra parte con sus locuras, ya cada quien tiene su vida.  (...) -Simon, todos tenemos historias terribles que superar. -No es cierto. Algunos tenemos grandes historias, historias bonitas que se desarrollan en los lagos, con botes y amigos, y con ensaladas. No, nadie en este auto. Pero hay mucha gente con historias felices, diversión, y ensaladas. En realidad no es tanto que la vida sea difícil, lo que nos molesta es que otros tengan suerte.   (...) Dame una señal de que entendiste o vete ahora. ¿¡Me has entendido, Melvin?! ¡Loco estúpido! ¿Entendiste? (...) Puedes pasar; y trata de no arruinarlo todo siendo como eres. (...) ¡No me toque! Jill/Verdell y Jack Nicholson en Mejor... impos

Mementos del cine (CLVII)

-"Tú eres la hija de Dios, eres el regalo de la vida. Tú vienes de mí, pero tú no eres Yo. Tu alma y tu cuerpo te pertenecen, por tanto puedes hacer con ellos lo que te plazca." -Gracias, papá. Secretaria , 2002

Mementos del cine (CLVI)

Hay quienes creen que estos impactos puedan tener una conexión con extraterrestres.  (...) ...con una precisión casi geométrica  (...) ...mencionó al Pionner, mostró unos triángulos. ¿Qué está diciendo? Le tengo una sola respuesta: los copos de nieve. Miles de millones caen todos los años y cada uno tiene un patrón geométrico complejo. Y no existen dos iguales. La naturaleza es precisa al azar, y esa es su belleza. Sander Vanocur en Sin advertencia , 1994

Mementos del cine (CLV)

–No necesito una lección de ética.  –No estoy hablando de ética. Estoy hablando de moral. –¿Cuál es la diferencia?                               Matthew Broderick y Reese Witherspoon en Election , 1999

Mementos del cine (CLIV)

Cruel ironía del destino. Yo que voy a ser un poeta como Baudelaire, o un ingeniero como Edison, tengo que andar por la calle con esta canasta de mierda. ... ¿Y qué lee usted? ... Pero ¿por qué no fue a un médico, un especialista en nerviosos? (...)  ¡Andate, bestia! ¡Qué hiciste de tu vida, desgraciado!, ¡qué hiciste! ... La vida giraba alrededor mío como un paisaje en los ojos de un ebrio. De pronto, una idea apareció en mi espíritu. Yo la sentí avanzar en la entraña cálida como un hilo de agua, hasta que me tocó el corazón.  Pablo Cedrón en El juguete rabioso , 1984