Ahora voy a echarme a dormir. El señor de los sueños cuidará de mí. Y en el reflejo del ojo de mi mente, el mal se verá a sí mismo morir. Robert Englund en Pesadilla en la calle Elm 4 , 1988
Tu respiración es mi respiración. Pero tu mirada no es mi mirada. Yo veía que alguien me veía y pensé que eras tú; tuve miedo porque, tus pensamientos, no eran mis pensamientos. Remando al viento , 1988