Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como ~1997

Mementos del cine (CLVIII)

-Abra las cortinas al entrar ¡así verá la hermosa obra de Dios! Y se dará cuenta que hasta cosas como estas son para bien.  -¿Dónde le enseñaron a hablar así? ¿En Panamá, en algún bar de marinos ebrios? ¿O es el último día en que podrá beber su whisky? Vaya a otra parte con sus locuras, ya cada quien tiene su vida.  (...) -Simon, todos tenemos historias terribles que superar. -No es cierto. Algunos tenemos grandes historias, historias bonitas que se desarrollan en los lagos, con botes y amigos, y con ensaladas. No, nadie en este auto. Pero hay mucha gente con historias felices, diversión, y ensaladas. En realidad no es tanto que la vida sea difícil, lo que nos molesta es que otros tengan suerte.   (...) Dame una señal de que entendiste o vete ahora. ¿¡Me has entendido, Melvin?! ¡Loco estúpido! ¿Entendiste? (...) Puedes pasar; y trata de no arruinarlo todo siendo como eres. (...) ¡No me toque! Jill/Verdell y Jack Nicholson en ...

Mementos del cine (CLII)

Lo que oí entonces fue la melodía de niños jugando. Nada más que eso. Y supe que aquello profundo y desesperante no era la ausencia de Lolita de mi lado, sino la ausencia de su voz en aquel coro.   Jeremy Irons en Lolita , 1997

Mementos del cine (CXXIV)

-Una linda señora, ¿su esposa? -Sí, ¿Por qué lo pregunta? -Quiero saber quién es quién.  (...) El que estés perdido no significa que la brújula no funcione. Alec Baldwin y Anthony Hopkins en Al filo del peligro , 1997 

Mementos del cine (LXXX)

Resulta monstruoso cómo la gente dice cosas tan ciertas a espaldas de uno.  [...] -Si pudiéramos parecer jóvenes e inocentes eternamente. -¿Cree que querríamos? -Si nuestras almas fueran feas, sí. -Da una máscara a un hombre y te dirá la verdad. [...]  Yo creo en cualquier cosa siempre que sea increíble. (...) Santo Tomás el incrédulo es príncipe de los apóstoles.  [...]  Nadie volverá a hablarme nunca haga lo que haga. [...] No sé si las leyes son justas o son injustas. Lo único que sabemos los que estamos en la cárcel es que el muro es fuerte... [...] La vida nos engaña con sombras. Le pedimos placer y nos lo da con amargura y decepción a la vez. Y nos encontramos mirando con un triste corazón de piedra los cabellos salpicados de oro que tan frenéticamente habíamos adorado y tan locamente besado.  Stephen Fry en Wilde , 1997

Mementos del cine (LVIII)

No llames para preguntar el objetivo del juego. Descubrir éso es el objetivo del juego. El juego , 1997

Mementos del cine (XXX)

J. T. Walsh en Sin rastro , 1997