Rompí con una chica y me enviaron a un psiquiatra, dijeron... dijo... en fin... ¡¿Por qué está tan deprimido, y ha hecho todo lo que ha hecho?! Y yo dije, bueno... porque yo quería a esa chica y me dejó... y él dijo... en fin... pues tenemos que estudiar eso... y yo dije no hay nada que estudiar: yo quería a esa chica y ella me dejó. Y el dijo: pues, tenemos, en fin... ¡¿Por qué es tan intenso, por qué su sentimiento es tan intenso?! Y yo: porque quiero a esa chica. Y él: bien, bien, ¿y qué hay debajo de eso? Y yo dije: nada, debajo de eso quiero... en fin... quiero a la chica. Y el dijo: pues tendré que darle medicación o algo. Yo: no quiero ninguna medicación, quiero a la chica. Y el dijo: bien por lo menos tenemos que trabajarlo. Y en ese momento, arranqué de cuajo el extintor de incendios de la pared y le atizé. Le atizé en todo el cogote. Y al instante, unos tíos de la compañía eléctrica me enchufaron unas pinzas de batería en la cabeza. Todo lo demás , 2003