-Señor Stevens, lo siento mucho... su padre ha fallecido hace cuatro minutos.
-Entiendo.
-(...) ¿quiere subir a verle?
-Ahora estoy muy ocupado, señorita Kenton, dentro de un rato tal vez...
-En ese caso, ¿me permite cerrarle los ojos?
-Se lo agradecería muchísimo... gracias.
Lo que queda del día, 1993