Me divierte soportar
tu melancólico acento
estás vencido por dentro
pues mi fuerza te venció;
y aunque tal vez pareció
que tu canto era invencible
has de sufrir lo indecible
viejo, solo y derrotado;
Mandinga me ha autorizado
y el tiempo lo hace posible
soy progreso, soy futuro
soy tiempo que ha de venir,
soy el camino a seguir
por lo blando y por lo duro,
soy flete que sin apuro
tranquea pa lado del naciente
soy el árbol, soy la gente,
soy el patrón de las cosas,
y en las luchas fragorosas
soy el que muestra los dientes;
por eso habrás de morir
y en el final de tu canto
sólo tristeza y quebranto
se escuchará en tu gemir;
tan sólo yo he de seguir
con mi trova material;
en mi voz nada es igual:
todo lo pinto a mi antojo,
por eso pinto en tus ojos
lo que no quieres mirar;
y has de arder en la impotencia
y tu espíritu errabundo
en los tormentos del mundo
será olvido y será ausencia;
no podrás pedir clemencia
pues no existirá tal suerte;
nadie jamás podrá verte,
en cambio tu podrás ver
en el ser de cada ser
que yo he sabido vencerte.
Santos Vega, 1971