Mira, tus libros son seguros. Mientras los lees, llegas a convertirte en Tarzán o Robinson Crusoe.
-Pues eso es lo que me gusta de un libro.
-Ah, pero al cerrarlo vuelves a ser tú otra vez. (...) ¿te has imaginado ser, alguna vez, el capitán Nemo atrapado en tu submarino por un pulpo gigantesco?
-Sí...
-¿No tuviste miedo de no poder escapar?
-Pero sólo es una historia.
-Es lo que trato de explicarte. Los libros que lees son seguros.
[...]
Niño tonto, no sabes nada de la historia de Fantasía. Es el mundo de las fantasías humanas. Cada parte, cada criatura, pertenecen a los sueños y esperanzas de la humanidad, por consiguiente, no existen límites para Fantasía.
La historia sin fin, 1984