No hay manera de que este invierno se vaya a acabar nunca mientras esta marmota siga viendo su sombra.
(...)
-Te gustan los barcos, pero no el mar. En verano vas a un lago con tu familia en las montañas. Hay un largo muelle de madera y un cobertizo al que le faltan tablones en el tejado. Y un hueco al que solías colarte para estar sola. Te apasionan la poesía francesa y los amatistas. Eres generosa... y muy amable con los enfermos y los niños. Cuando estás en la nieve pareces un ángel.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Ya te lo he dicho, me despierto cada día aquí mismo...
(...)
El invierno dormitando al aire libre lleva en su sonriente rostro un sueño de primavera.
Bill Murray en El día de la marmota, 1993