Yo no soy una libreta de cheques, Elsa. Soy un hombre cuya alma necesita ser acariciada por un viento desconocido. Es usted la belleza pura que anhelé modelar tantas veces. La imagen del amor capaz de hacerme renunciar a mi deseo. No voy a exigirle que sea mía, la condición es esta: usted tiene que permitirme contemplar su belleza... contemplarla enteramente.
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